Mi inocencia y su buena forma de prepararme sorpresa ha hecho que hoy sea un día maravilloso.
El poder decir lo que estas niñas han hecho para mi hace que se me llene la boca de un gran orgullo y que pueda presumir de ellas delante de todo el mundo.
Pensar que es el segundo año consecutivo en el que me dan esta gran sorpresa hace que cada vez que lo pienso me quede más asombrada. He de dar gracias de estar coja, porque creo que si no me hubieran vuelto a pasear por Don Benito, o peor aún, que me hubieran paseado en silla de ruedas o en un carrito de la compra.
Creo que en realidad, el mejor regalo de cumpleaños que me pueden hacer es ese, es tenerlas todas juntas para mi, que una vez al año nos olvidemos de todo lo ocurrido y que lo único que importe sea escuchar nuestras risas juntas. Gracias por hacerme ese gran regalo.
Sobretodo ahora, puedo decir que estas son mis amigas con mayúsculas, amigas que estando cerca o lejos, siempre las tendré y que si algún día estoy mala a las 5 de la mañana, ellas me recibirán con una abrazo y una gran sonrisa.
Mil gracias. Os quiero.