Cuando hablamos de la distancia, decimos que hace que olvidemos, que las relaciones se debilitan y que cada uno sigue su camino, pero tras pasar cinco dias con estos ocho personajess opino lo contrario.
Llegas a Burguillos y después de que te invada una impresionante sensación por encontrarte con todos ellos, sientes que estás como en tu casa, y que da igual que el verano nos separe porque seguimos como si no hubiera pasado el tiempo.
Disfrutar de ese pueblo tan animado a todas horas, lleno de rodaballos y que nos miren allá donde vayamos no tiene precio. Celebrar un cumpleaños poniendo una pancarta en mitad de la piscina tampoco. Y dormir rodeado de la gente que quieres menos aún.
Después me preguntan que porque sigo en la Juan XXIII, con motivos como este no hay mas razones que dar.